En la oscuridad de la caverna...

(Fin de semana terror)


Esteban, Marco y Antonio caminaron largamente por un campo amarillento y bajo un cielo gris.
Cada tanto escuchaban un trueno lejano y se detenían para decidir si continuaban o no. Asi alcanzaron una cueva que abría su boca en el pie de un cerro.

-¿Ven?, aqui esta, se los dije -les dijo Estaban al llegar.
-Bien, hallaste una cueva, felicidades, te ganaste el mundo -le dijo Marco con sarcasmo.
-No lo molestes, es un buen hallazgo -dijo a su vez Antonio, y continuo -Espero que haya algun mineral que valga la pena.

Los tres eran coleccionistas de minerales, unos noños.

-Vamos a ver que hay -les dijo Antonio a la vez que buscaba su linterna metiendo la mano en su mochila
-NO! Olvide mi linterna! -exclamo Marco.
-Menos mal -le dijo Esteban-. Porque ahora me doy cuenta que tambien olvide la mia y no quiero quedar como el unico bobo.
-Tremendos exploradores son ustedes -les dijo Antonio con sarcasmo-. Quedense a mi lado. Por lo nublado que esta el tiempo esto ya es una boca de lobo.

Y los tres entraron a la cueva. No era muy grande. Enseguida vieron el fondo. Pero en un costado hallaron un hueco, la entrada de una caverna. La luz de la linterna se perdio en el interior de la caverna. Esta parecia muy larga y doblaba mas adelante perdiendose en la oscuridad.

-¿Esto sera la entrada de una mina? -pregunto Esteban mirando hacia las partes que revelaba la luz.
-No creo -le contesto Antonio, y le explico-. Este tunel no tiene vigas ni marcas de haberlas tenido. Miren como es la pared. Esto es algo natural.
-Natural o no me da mala espina -comento Marco.
-Es por la oscuridad -supuso Antonio, y trato de alentar a sus compañeros-. Si quieren encontrar buenos minerales hay que entrar a lugares asi. Vamos.

Antonio entro pero sus amigos quedaron dudando. El avanzo un trecho pero al sentir que no lo seguian estuvo a punto de voltearse para animar a sus compañeros. No lo hizo porque sintio que de pronto corrian hacia el para seguirlo de cerca, a un paso detras de el.
-¿Tuvieron miedo de quedarse solos? Jajaja! -bromeo Antonio.

No le contestaron. Los pasos continuaron siguiendolo. Caminaban muy cerca de el, casi respirando sobre sus hombros.

-Vayan atentos a lo que ilumino para ver si ven algo que a mi se me pase -les hablo Antonio, y agrego-. No se me arrimen tanto.

En ese momento sus dos compañeros temblaban de terror, inmoviles, y no podian ni hablar. No habian entrado a la caverna. Cuando estaban por decirle  a Antonio que volviera, de repente dos sombras deformes salieron de la nara y avanzaron hacia el. Avanzando por la caverna Antonio noto que los pasos que lo seguian sonaban raro, desparejos. Aquellos no eran sus compañeros! Entonces empezo a sentir tanto terror que no quiso voltear. Dominado por el miedo y con aquellas dos cosas casi asomando sus caras espantosas sobre los hombros de el, siguio caminando contra su voluntad. La luz de la linterna se perdio despues de un recodo y nunca mas se supo de el.

Cuando sus amigos lo vieron desaparecer seguido por aquellas sombras, recien pudieron reaccionar y huyeron de la cueva. Cuando dieron aviso y otras personas llegaron al lugar, por mas que buscaron dentro de la cueva no hallaron la boca de la otra caverna. Esta habia desaparecido por completo...


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