3 leyendas urbanas por paises...

(Viernes de terror)
Hola... lo que hice en este articulo es recopilar 3 historias de terror de la mayoria de los paises de Latinoamerica.

En algunos casos mezcle e intente que algunas sean de "Terror" mientras que otras no lo son tanto.

Pero la idea en si de esto, es que entre todos podamos conocer un poco distintas leyendas urbanas que hay en otros paises y si se quiere compararlas y ver cuantas son parecidas y cuantas no, etc.

Si veo que este post es de su agrado, haré una segunda parte.


El Colectivero
Una noche en Rosario (provincia Argentina), enfrente del cementerio "El Salvador", un colectivero (chofer de ómnibus) de la línea "114" iba conduciendo de noche medio dormido, de pronto, ve impotente como una chica se le cruza velozmente frente al ómnibus y este la arroya. El colectivero asustado por lo sucedido y lo tétrico de el lugar decide retroceder, esquivar el cadáver de la chica y escapar.

Luego de unos minutos de ir a toda velocidad y no detenerse en sus paradas normales, completamente histérico ve por el espejo retrovisor, que la chica que había arrollado está sentada en el ultimo asiento mirándolo fijo y llorando.

la Dama Blanca
 la hija de Enrique García Velloso, un famoso escritor, tenía 15 años y muchos pretendientes para esposarla. Lamentablemente, se le diagnosticó leucemia y terminó falleciendo al poco tiempo. Su madre le construyó una tumba de mármol blanca y permaneció con ella, inclusive noches enteras. Una vez, un chico estaba tomando algo en un bar con amigos, cuando de repente entró al lugar una mujer hermosa y vestida de blanco.

 Comenzó a charlar con ella y hasta se tomaron unos tragos. Más tarde, ella tuvo frío y él le prestó su campera.Finalmente, cuando la estaba por acompañar a su casa, se separan en la esquina del cementerio de la Recoleta y él le pierde el rastro. Al día siguiente, el chico le pregunta, de casualidad, al guardia de seguridad del lugar si conocía a una chica que vivía alrededor. Cuando la describió, el guarda de seguridad le mostró la tumba blanca y el chico vio que era igual a la mujer que buscaba. Además, estaba su campera colgada en el umbral.

El ahorcado del cementerio de Chacarita 
 Hay más de un mito urbano que encierra este cementerio, como el del ahorcado. Muchos juran haber visto un hombre colgado del árbol que se encuentra en la esquina de Jorge Newbery. Explican que se trata de un señor grande, que aparece de noche, supuestamente en los días de luna llena. Muchos testigos explican que se nota su estado fantasmagórico, ya que se puede ver a través de él y que desaparece a los segundos de haberlo visto.

El Condor y la Chola
En la provincia boliviana muchos conocen esta bonita historia. La muchacha más linda de la región, era la encargada de cuidar un rebaño de ovejas. Todos los días se le podía ver recorriendo los prados, al lado de sus animales, pues no quería que a ellos les pasara nada. Una mañana de verano, un cóndor de gran tamaño pasó por ahí y miró a la joven. De inmediato, su corazón quedó prendado de ella y buscó la manera de raptarla.

Aguardó hasta que los demás pastores se fueron a su casa y entonces utilizando sus garras, tomó a la chiquilla por los hombros y la elevó hasta lo más alto de una montaña, lugar en donde la criatura vivía. La pobre cholita le suplicaba que la dejara regresar a su casa al lado de sus padres, pues debía ayudarlos con las labores del campo. Así pasaron varios días y la joven iba perdiendo peso, no sólo por el temor que sentía, sino porque no había alimentos que comer.

 Por su parte, el cóndor le llevaba a diario carne cruda, pero al no haber fuego, ella no podía consumirla. Fue entonces cuando el ave se percató de que los humanos cocinaban la comida utilizando la lumbre. Una noche voló hasta donde encontró las cenizas humeantes de lo que anteriormente fue una fogata, tomó un trozo de carne y lo calentó ahí, hasta que cambio de color.


 Luego se lo llevó a la cholita y se lo dio a comer. No obstante, la chiquilla continuaba rogándole que le permitiera retornar a su casa. Entonces el cóndor se dio cuenta de que no podía retenerla ahí, ya que ella nunca lo iba a querer. Haciéndole un gesto, el ave le dijo que se subiera en él y se sujetara fuertemente de sus plumas, para así regresarla a donde pertenecía. Era la primera vez que, en días, la muchacha usaba una sonrisa. Posteriormente el ave cumplió su promesa y la devolvió a su domicilio sana y salva. Se dice que ella conservó una de las plumas del cóndor, como un obsequio.

El Feretro
Esta es una de esas leyendas de terror que te dejarán asombrado. Se dice que, en Potosí Bolivia, no debes salir después de medianoche los días martes o viernes.

 Esta historia ocurrió hace muchos años, en el tiempo en el que los españoles se hacen cargo de las minas de esa región. Se dice que un matrimonio con cinco hijos llegó a esa localidad con la esperanza de hacer fortuna. Precisamente al año en el que ellos llegaron a suelo boliviano, la más pequeña de sus hijas enfermó gravemente de sarampión y luego de un tiempo desafortunadamente falleció.

 Al correr de los años, la familia regresó a España dejando los restos de la pequeña en territorio sudamericano. Exactamente después de que transcurrieron 15 días de la partida de éstos, varios mineros afirmaron ver un ataúd llameante yendo en dirección a la estación de trenes. Lo más escalofriante de este asunto es que en cuanto el primer rayo de sol se asomó por el firmamento, el féretro volvió rápidamente al panteón.

 ¿Pero por qué pasó esto? Muy sencillo, los estudiosos de fenómenos paranormales dicen que, en aquellos años, el tren que iba con dirección a la capital del país (La Paz) salía de Potosí los martes y los viernes a medianoche.

El hombre que se transforma en Sicuri
Una pareja de recién casados, se fue a vivir cerca de las orillas de la laguna de Yaguarú. En dicho sitio, algunos de los vecinos ya habían advertido la presencia de una Sicurí (Por si no lo sabes, esta es una serpiente de gran tamaño, muy similar a la anaconda), razón por la cual recomendaban que las mujeres y los niños no salieran de sus domicilios sin ser acompañadas por un hombre.

 Sin embargo, lo que más llamó la atención de los lugareños es que luego de la llegada de los forasteros, un hombre extraño comenzó a merodear la puerta principal de la casa de estos. Se trataba de un sujeto alto y espigado que vestía de negro. Un día el dueño de la casa, vio al extraño espiando y sin pensarlo dos veces, sacó su escopeta y le disparó en tres ocasiones. Al día siguiente, afuera de su domicilio encontró a una Sicurí muerta.

La Pisadeira
Alguna vez hemos tenido esa sensación cuando dormimos, la que sentimos que alguien se pone sobre nosotros y en algunas ocasiones no podemos respirar, los mitos sobre este fenómeno han recorrido todo el mundo y en Brasil sobre todo en los estados de Sao Paulo y Minais Gerais creen que es un ente y recibe el nombre de la Pisadeira.

 En la edad media, describían a este ente como un demonio, en el caso de los que se ponían sobre las mujeres lo llamaban Incubo (incubus) y en el caso de un ente femenino que se acostaba sobre un hombre Súcubo (sucubus), hacían esto para tener relaciones con la persona dormida, la cual podría quedar embarazada (como la leyenda de Merlín), enfermar por desgaste o incluso morir.

 En Brasil este ente conocido como la Pisadeira siempre es femenino, su aspecto es la de una anciana de aspecto descuidado, como si las pesadillas hubieran tomado una forma física, se la describe con el cuerpo extremadamente delgado, una largo cabello descuidado, despeinado y sucio, con unas manos que parecen garras afiladas con las uñas amarillentas, mostrando también unos dientes putrefactos.

 No habla pero, emite una oscura carcajada o risas con sonidos graves que surgen su boca la que siempre mantiene abierta, las personas que no son de su interés no la pueden percibir, solo a quien ella ha elegido puede darse cuenta de su presencia.

 La creencia general es que la Pisadeira ronda los techos en la noche buscando un recoveco, una ventana abierta o cualquier otro medio para ingresar a la casa y atacar a sus desprevenidas víctimas. Le gusta hacerlo después de que la persona cena, cuando la somnolencia embriaga a la futura víctima y por ende el despertarse y darse cuenta de lo que le está pasando es casi imposible.

 Cuando la persona duerme, la Pisadeira trepa y se coloca sobre el vientre y pecho de la víctima y oprime con todo su peso causando que poco a poco la víctima se asfixie, de esta manera la victima queda paralizada sin fuerzas para reaccionar, aun después de darse cuenta que le está pasando y solo sea un observador indefenso.
La mayoría de veces, las victimas se encontraran acostadas dando a impresión como si hubieran muerto durante el sueño, pues este método es casi infalible y la Pisadeira no recurrirá a la violencia a menos que sea imprescindible.

 A pesar que la Pisadeira tiene un cuerpo esquelético y aparenta ser una anciana, su fuerza es de lejos superior a la del promedio humano, pues esta se alimenta del miedo y mientras más víctimas tenga más fuerte se hace, aun si no las matara, pues el hecho de que sus víctimas sean conscientes que están siendo asfixiados dejan salir su miedo que es con lo que la Pisadeira se alimenta. No es raro que se presente varias veces a una misma persona, sus ataques pueden durar desde unos pocos minutos hasta varias horas, todo depende que tan entretenida este con la víctima y cuanto miedo sienta en ella.


Mapinguari
El nombre Mapinguari hace referencia a una criatura legendaria de las selvas amazónicas en Brasil y Bolivia; bestia a la que también se le conoce como Mapinguary e Isnashi; y cuyo nombre por lo regular se traduce como 'animal rugiente' o 'bestia fétida'. Según la tradición oral, el Mapinguari es una quimera poseedora de características sobrenaturales halladas también en otros seres fantásticos de la mitología brasileña: un único ojo, garras afiladas, piel de caimán, patas al revés y una segunda boca justo en el estómago.

Aunque testigos de encuentros recientes la describen como un simio o perezoso gigante, de grandes brazos terminados en zarpas afiladas capaces de partir palmeras en dos; una espalda curva, y una altura de más de dos metros al erguirse sobre las patas traseras. Según las leyendas, el Mapinguari es lento, feroz y muy peligroso; pues posee la habilidad de moverse sigilosamente entre la densa vegetación del Amazonas para sorprender a sus víctimas.

Aunque se delata gracias al olor pútrido que sale de su cuerpo y al emitir un desgarrador chillido que paraliza a sus víctimas en el acto. Su piel, dura como la del cocodrilo; lo hace inmune a las balas y flechas, y su única debilidad es el agua, la cual evita y limita sus movimientos en una región tan llena de ríos, canales y lagunas como lo es el Amazonas. Un reporte de 1937 en Brasil, clama que un Mapinguari entró en cólera por tres semanas, atacando y matando a cerca de cien vacas; a las cuales les arrancó las lenguas. En los reportes, se hace claro que no ataca a los humanos; pero que al olerlos, se levanta en sus patas traseras para verse más amenazador.

Entre los criptozoólogos existe la teoría de que el Mapinguari no podría ser más que una especie sobreviviente de perezoso gigante, en concreto especies como el Megatherium (que alcanzaba un tamaño comparable al de un elefante) o el Mylodon; ambas nativas de Sudamérica durante el Pleistoceno.

La teoría del perezoso gigante podría responder dos incógnitas: la piel extremadamente dura del monstruo (ya que las pieles preservadas que fueron descubiertas a finales del siglo XIX muestran pequeñas áreas osificadas que habrían endurecido los tejidos para protegerlos de depredadores) y la capacidad de andar en dos patas.

 Otros expertos sugieren que no es más que una memoria residual de encuentros entre los primeros pobladores del Amazonas y perezosos gigantes en la edad de piedra; mientras que una minoría cree que pueda tratarse de una especie no descubierta de Oso Hormiguero gigante. Sin embargo, pese a los más grandes esfuerzos de biólogos, paleontólogos y criptozoólogos; jamás se ha encontrado evidencia física de la existencia de este ser.

El Guarana
Cuenta la leyenda que en un pueblo de Maué, había una pareja que tenía un hijo, muy feliz y saludable. Él era muy querido por todos en su aldea, lo que dio lugar a la creencia de que en el futuro, sería un gran jefe guerrero. Pero el dios Jurupari, sentía mucha envidia del joven, así que decidió matarlo. Un día Jurupari se convirtió en una enorme serpiente, y mientras el pequeño niño indio estaba distraído recogiendo bayas en el bosque, la serpiente lo atacó y lo mató. Los padres del niño, esperaron que su hijo vuelva a casa, pero esto nunca sucedió.

Llegó la noche y la luna comenzó a brillar en el cielo, pero el niño no llegaba, los desesperados padres pidieron el apoyo de toda la tribu para ir a buscar al niño. Después de tanto buscarlo, lo encontraron muerto en el bosque, y en ese momento, una gran tristeza vino a la tribu. En este momento una gran tormenta cayó sobre el bosque y el relámpago estuvo muy cerca de tocar el cuerpo del niño. En ese instante la madre dijo: Es Tupa, quien nos compadece, vamos a enterrar a los ojos de mi hijo. Y así se hizo.

Los indios plantaron los ojos del pequeño niño indio de inmediato, ya que era el deseo de Tupa, el rey de los truenos.

Los días pasaron y en su lugar nació una pequeña planta que los indios aún no lo conocían. Fue el guaraná. Es por eso que los frutos de las semillas de guaraná, están rodeadas por un negro y blanco, muy similar al ojo humano.



 Pincoya
 Esta leyenda comienza hablando de Huenchula, quien era nada más y nada menos que la consorte del rey del mar. Hay que mencionar que algunas personas de ciertas regiones de Chile, se refieren al monarca como Millalobo. El caso es que Huenchula acababa de convertirse en madre y uno de sus más grandes anhelos, era que su marido la dejara salir a tierra firme, para que ésta pudiera llevar a su hija Pincoya, para que la conocieran sus abuelos. La mujer salió del mar llevando a su hija en brazos tapada con hojas de algas marinas.

 Los padres de Huenchula, también tenían muchas ganas de ver a la criatura. Sin embargo, antes de que su madre quitara todas las hojas que cubrían a la bebé, se acordó de que su marido le había dicho que ningún humano podía verla. Así que la mantuvo tapada durante la visita. Cuando estaba a punto de irse, les pidió a los abuelos que cuidaran a Pincoya un momento, en lo que ella iba a la embarcación que la llevó a tierra, para sacar unos obsequios que les había traído. En el instante en el que Huenchula salió de casa de sus padres, estos no resistieron la curiosidad y quitaron la última hoja que cubría a su nieta. – No creo que vaya a pasar nada, si sólo la vemos por un segundo. Mencionó el abuelo. Pincoya era la criatura más hermosa que habían visto en toda su vida.

Quisieron cubrirla rápidamente, pero algo les impedía que dejaran de mirarla. En eso regresó Huenchula, quien al darse cuenta de lo ocurrido comenzó a gritar desesperadamente. Sin que los ancianos se dieran cuenta, poco a poco la pequeña niña se fue transformando en agua de mar totalmente cristalina. Su madre la tomó en sus brazos y se fue corriendo en dirección al mar. Sin pensarlo dos veces, se zambulló y comenzó a nadar hasta donde estaban los dominios de su esposo. En el instante en el que llegó frente a él, su hija ya se había transformado en una adolescente. A partir de ese momento la Pincoya es la protectora del mar.

Si por alguna razón, un barco está en problemas, ella calma las mareas para que los marineros puedan volver a buen puerto No obstante, hay veces en las que no puede controlar la furia del mar y es entonces cuando con ayuda de su hermana la sirena, se lleva a los cuerpos sin vida a que reposen en el Caleuche. Una embarcación mítica en la que el alma de los humanos descansa por la eternidad.


La Lola
Tal vez esta sea una de las leyendas chilenas más afamadas no sólo de ese país, sino de gran parte de Sudamérica. Este relato es ampliamente conocido sobre todo por la gente que se dedica a la minería. El mito hace referencia al espíritu de una mujer joven que aparece por las noches, arrastrando el féretro de su esposo. Dolores (obviamente sus familiares y amistades allegadas siempre la llamaron Lola) era una muchacha bastante guapa, a quien todos los muchachos del pueblo la asediaban, pues querían que ella se convirtiera en su novia.

 Por otro lado, su padre quien siempre quiso que su hija se casara con un hombre de buena familia, la protegía demasiado, pues no deseaba que su retoño se relacionara con alguien que no perteneciera a la clase alta. Sin embargo, un día la chica se escapó de su casa y conoció a un minero muy pobre. La pareja se enamoró al instante y Lola al saber que su padre no aprobaría esa unión, decidió huir con su amado en una fría noche.

 Con el tiempo el marido de Dolores se convirtió en un hombre rico y poderoso, gracias a que llegó a trabajar en varias minas de las que se extraían metales preciosos tales como: oro y plata. Pese a lo que se pudiera pensar, la pareja no era feliz, ya que el minero le era infiel a su mujer. Según cuentan los que saben esta crónica, un día Lola decidió esperar a su esposo en casa. En cuanto él llegó, la mujer no pronunció ni una sola palabra y lo apuñaló directamente en el corazón. Luego de eso Lola se fue corriendo con dirección al cerro gritando incoherencias.

Después regresó al pueblo y les contó a los lugareños que a su marido lo habían asesinado unos ladrones. En la mente de Lola la mentira poco a poco se fue convirtiendo en una verdad absoluta. A tal punto que un día tomó el cajón en donde reposaban los restos de su esposo y salió a la calle arrastrándolo, en busca de los asesinos de su marido. Me contaron que, en la región norte de Chile, se puede escuchar el sonido que produce el féretro al deslizarse sobre la tierra, sobre todo en las noches de luna llena.

Calchona
Los chilenos dicen que la Calchona era una hechicera que vivía con su marido y dos hijos. No obstante, éstos no sabían que en realidad la mujer era una bruja. En el sótano de su casa, la mujer tenía varios frascos en los que almacenaba ungüentos (o pomadas como también se les conoce en ciertas partes de Latinoamérica), mismos que al ser puestos en un ser humano, lo transformaban en cualquier clase de animal que ella quisiera.

 También se comenta que, por las noches, lanzaba un hechizo sobre su hogar, para evitar que tanto su esposo como sus hijos se despertaran durante la noche y así ella pudiera salir a lanzar conjuros a diestra y siniestra, sin el peligro de ser descubierta. Muchas veces ella misma se aplicaba una crema, que le brindaba la posibilidad de convertirse en una oveja negra. Este disfraz lo usaba para pasear por el campo sin ser molestada. No obstante, una noche que estaba a punto de abandonar su domicilio, se le olvidó lanzar el conjuro que dormía a sus hijos, por lo que éstos la vieron transformarse. Los pequeños cogieron el frasco que había dejado su madre sobre la mesa y se lo untaron rápidamente en el rostro. Pasados unos segundos, su cuerpo se transformó en el de unos pequeños zorros.

 Al principio los niños estuvieron muy felices, pues pensaron que sería divertido salir a pasear “disfrazados” por el bosque. A pesar de ello, después de unos minutos comenzaron a llorar amargamente, puesto que se habían dado cuenta de que no tenían un modo de regresar a ser humanos. El llanto de los infantes, provocó que su padre se despertara. El hombre se sobresaltó al notar que en su casa sólo había un par de zorritos, mientras que su esposa e hijos habían desaparecido sin dejar rastro. Sin embargo, al ver tirado uno de los frascos.

A los zorros, recordó las clásicas leyendas chilenas que afirmaban que las brujas usaban pomadas para convertir a los malos en animales. Buscó por toda la casa, hasta que encontró oculto en el sótano el lugar en donde estaban los ungüentos. Revisó las etiquetas y cuando encontró la que decía “antídoto” se lo aplicó a los niños, quienes rápidamente recobraron su forma humana. Luego de eso, el hombre tomó todos los demás tarros y vació el contenido de estos en el río. Seguidamente, tomó a sus hijos y abandonó la casa lo más pronto posible.

 Posteriormente la bruja regresó a su hogar y vio cómo su marido y sus pequeños se habían ido. Velozmente fue hasta el sótano buscando los ungüentos, pero desgraciadamente sólo encontró en ellos restos de las pomadas. Se untó los sobrantes de las cremas en sus manos y en su cabeza, logrando que éstas recuperarán la forma humana, pero dejando el resto de su cuerpo igual al de una oveja. Por esa razón, algunas noches los campesinos afirman que se puede escuchar balar a una oveja, quien busca a sus hijos desesperadamente.

Adicionalmente, existe otra versión en la que se dice que la gente a veces le deja afuera de sus casas un plato de comida a la Calchona, pues se trata de una criatura mitológica completamente inofensiva, puesto que los años que ha pasado buscando a su familia, le han servido para arrepentirse de todos los males que provocó.


El Sombrerón
Cuenta la leyenda, que este peculiar hombre que siempre vestía de negro vivió en épocas lejanas en diferentes pueblos de Colombia. Se caracterizaba por usar un sombrero negro, montar un caballo del mismo color de la noche y estar acompañado por dos perros con cadenas. El enigmático personaje no hablaba con nadie ni hería a nadie, más bien aparecía y desaparecía mágicamente. Se le podía encontrar durante las noches en las orillas de caminos solitarios persiguiendo a borrachos, peleadores, trasnochadores y jugadores tramposos.

Los supuestos testigos afirman que la figura sale al camino a todo galope con un fuerte viento helado. De este modo, los hace correr mientras grita que si los alcanza se los va a poner, antes de desaparecer misteriosamente. Cuando la luna es prominente en el cielo nocturno, es fácil confundirlo con las sombras de las ramas y los arbustos. Así, el oscuro y escalofriante hombre aprovecha para espantar aún más a sus víctimas, quienes huyen despavoridas.

Las gemelas con hidrocefalia
 sobre esta historia Álvaro Palacios, periodista paranormal, escribió en AL DÍA, que por las madrugadas, dos niñas espantan a los transeúntes a las afueras del olvidado Seguro Social del barrio Los Andes. Según afirma el mito urbano, las dos pequeñas nacieron allí, pero sus padres las abandonaron por sufrir de hidrocefalia.

 Enfermeras del lugar se hicieron cargo de ellas, pero las niñas murieron a los pocos meses. Habitantes del sector han narrado que en las noches se les escucha cantar: "La puerta está abierta y puedes entrar. Hay cartas en la mesa y puedes jugar".

La Patasola
Según la leyenda, este monstruo temido por muchos hombres, vive en la selva y en las cumbres de la llanura. Posee una única pata, pero con ella puede avanzar con extrema rapidez. Según los supuestos testigos, es una hermosa mujer que los atrae para enamorarlos y llevarlos al bosque. Una vez allí, se transforma en una mujer con ojos de fuego, boca deformada, dientes de felino y cabello despeinado.Aunque no hay ninguna evidencia tangible de su existencia mediante fotos o vídeos, se puede observar en bosques y selvas.

 Para quienes la ven, la mejor forma de defenderse consiste en rodearse de animales domésticos, especialmente de perros, por considerarlos animales benditos.



Costa Rica
El Cadejo
Un cadejo es un animal legendario de la región mesoamericana extendida entre las zonas rurales e incluso urbanas de Centroamérica. Se dice que es un mítico perro (o dos perros) que generalmente se le aparece a quienes deambulan a altas horas de la noche y al cual se le atribuyen poderes misteriosos. Las diferentes versiones de la leyenda en Centroamérica describen a un cadejo blanco y uno negro (generalmente benigno y maligno respectivamente), o simplemente un solo cadejo negro (generalmente benigno).

 La leyenda del Cadejo es el vestigio de una antigua creencia que supone que todo humano posee un animal de compañía. Este mítico animal es el doble del hombre, de tal manera que la enfermedad o la muerte del primero conllevan la enfermedad o la muerte del segundo. En la actualidad, se puede establecer comparaciones de lo anterior con el pensamiento cristiano, que expresa que el hombre tiene un ángel guardián que lo protege de los peligros.

La creencia supone la existencia de un animal compañero para cada hombre. Ese animal es el Cadejo blanco. También este personaje tiene su resonancia precolombina maya en un espectro bienhechor guardián de los caminos. Dicho animal acompaña al hombre en todos sus viajes solitarios por la noche; y en la versión de dos cadejos, el blanco lo protege y lo defiende contra los malos espíritus encarnados en El Cadejo negro, color tenebroso que simboliza la muerte, o sea, el mal en todas sus manifestaciones.

La Tulevieja 
 Se llama de ese modo a un fantasma femenino que, cubierta por una especie de sombrero llamado tule(con forma de plátano) y con los senos hinchados y erectos(unas veces chorreando leche, según la versión), que va errante por los diferentes caminos y despoblados. El origen del nombre tiene que ver con la toca: Tulevieja, un tule viejo o una vieja con tule(el significado del nombre varía según la versión de la leyenda). El folclore no ha podido ponerse de acuerdo a la hora de explicar el porqué de este espectro.

 La versión más conocida, empero, la vincula con la leyenda de la Llorona. Dice que ella fue una muchachita que siempre usaba un tule, la cual un día fornicó, resultando de ello un embarazo no deseado(en Costa Rica antiguamente se denominaba en forma coloquial como pata e'banco(pata de banco)). La muchacha huyó a Puntarenas, en la costa pacífica, y luego de parir lo dejó en un río, después una vez que se arrepintió fue devuelta al río pero ya el bebé se había ido, desde entonces se dice que la llorona anda ambulando por el río, llorando y buscando a su bebé con la esperanza de algún día encontrarlo. Unos dicen que simplemente fue una mujer que siempre tenía puesto el tule, hasta para dormir.

Un día, el viento le arrancó el sombrero y lo dejó caer en el río. La mujer fue tras él y murió ahogada. Otra versión dice que fue transformada en un demonio que se le aparece a los hombres lujuriosos con los senos descubiertos, invitándolo a acariciarlos mientras bailan. Pero la fiera tiene un hormiguero entre su pecho, y las zompopos pican al hombre, anestesiándolo. Luego, la Tulevieja alza vuelo con el incauto para devorarlo. En esto se parece a las bellas sirenas griegas

El Espantajo Azul
 Se trata de un espectro que se aparece en el trayecto que comunica a Paraíso con Cartago. Al parecer es un sujeto alto de color azul, capaz de arrojar fuego por todo lado. Retratado por su maldad, ya que le gustaba torturar a las personas y, tras su muerte, las malas lenguas indican que fue a parar al mismísimo infierno; de donde logró escapar, pero con el ardor del fuego del averno en su interior.



El Chuzanlogo
Cuenta la leyenda, que en la costa de Ecuador, un agricultor tenía sus ganados en lo alto del monte. Una noche cayó una tormenta muy fuerte, preocupado por su ganado, mandó a sus dos hijas a que guardasen el ganado en el granero.

 Las hijas, muy obedientes, fueron a hacer lo que su padre les ordenó, cuando terminaron de guardar todo el ganado, cerraron la puerta y al darse vuelta se dieron con la sorpresa de que un pequeño ser, de rostro blanco, labios gruesos y morados, nariz chata, orejas grandes, ojos verdes pequeños con un punto negro de fuego en el centro. Este ser tenia un pelo corto, ralo y tieso, con el cuerpo cubierto de escamas de pescado, las estaba esperando tras la puerta. Ellas gritaron con todas sus fuerzas, pero nadie las escuchó.

 Después de muchas horas, y al ver que sus hijas no regresaban, el hombre tomó su escopeta y fue hacia la cabaña, encontrando una escena terrible, sus hijas estaban descuartizadas y a lo lejos vio como una pequeña criatura huía.

La Dama tapada
Cuenta la leyenda, que la dama tapada es una extraña joven que siempre lleva su cara tapada, viste un vestido muy elegante y que lleva siempre consigo una sombrilla. Se dice que cuando está cerca a la dama, despide un olor agradable que hace que uno se sienta atraído a ella y la siga. Éste olor es tan agradable que uno pierde la noción del lugar hacia donde esta yendo.

De alguna manera, la Dama tapada lleva a su incauto a fuera de las zonas urbanas lejos de la población o de alguna persona sin ser vistos. Cuando están muy lejos de la ciudad, la dama se detiene y deja que se le acerquen. De pronto ella muestra su verdadero rostro que es la de una cadáver en estado de putrefacción. En ese momento, el olor agradable se convierte en un olor nauseabundo y tan fuerte que de inmediato envenena el cuerpo de su víctima sin darle posibilidades de escapar de ella.

La Tacona
Cuenta la leyenda, que en Esmeralda, había una joven de cabello rubio, que estaba paseando por las calles, en una noche donde no había luna llena. Cuando pasaba por una calle angosta, se cruzó en su camino un sujeto que, al verla, la arrinconó en una esquina y abusó de la mujer. Una hora después de lo sucedido, la mujer llega a su casa con su vestido manchado y las lagrimas por todo el rostro, decide bañarse y maquillarse.

Mientras se maquillaba, se miraba al espejo y juró que nunca mas, nadie iba a hacerle daño. La muchacha se había puesto un vestido rojo, vestía unos tacones muy altos y su maquillaje era uno de los mas bonitos, se fue a una covacha, donde decidió tomar para olvidar todas su penas y lo que le había sucedido horas antes. Al ingresar a la covacha, los hombres la miraban admirando su belleza y todos querían bailar con ella. Los hombres de aquella covacha la apodaron "la Tacona". Un hombre, con muy buen parecer, la saca a bailar y le propone ir a la playa para que puedan estar a solas. La mujer acepta muy decidida y se van a la playa.

 Cuando ya estaban en aquel lugar, el hombre trató de abusar de ella, y en ese momento, al ver el rostro de la mujer, se dio cuenta que ella era un cadáver, inmediatamente, por el susto, la soltó y corrió sin dirección alguna. Cuando ya estaba muy cansado, ser dio cuenta que había llegado a un cementerio. Al sentarse sobre una tumba, leyó un nombre sobre una lápida y recordó el nombre de la mujer a quien trató de hacer daño. Era ella, pero estaba muerta.

Muchos años después, cuando el hombre ya era un anciano, fue a visitar la tumba de aquella chica, y arrodillándose sobre la tumba le agradeció por todo, pues a partir de ese incidente que tuvo ya no usó a las mujeres para satisfacer sus malos hábitos y fue un hombre de bien. En ese momento el hombre siente una palmada en la espalda y escucha un susurro que le dice: “eso era lo que quería oír.” Él regresa a ver y observa la espalda de una mujer rubia con un pequeño vestido rojo que se aleja del lugar.


El Comelenguas 
en El Sur La historia del misterioso ente que mataba animales y devoraba su lengua comienza a tejerse alrededor de 1950, en la linda comunidad de Nacaome, zona Sur de Honduras. Relatos que pueden corroborarse en el libro “Por cuentas, aquí en Nacaome: literatura oral de la zona sur” publicado en 1996, por las distinguidas damas Karen Dariela Ramos y Melissa Isabel Valenzuela.Según se cuenta, fueron varios los campesinos los que vieron una inmensa ave sobrevolando las haciendas del sector.

Los mismos testigos aseguran que al día siguiente del avistamiento de la misteriosa criatura voladora, aparecieron muertas de forma extraña muchas reses. Otros campesinos aseguraron haber visto al gigantesco monstruo atacando con su enorme cola que parecía serpiente a un monstruo y éste, por mas que lucho por su vida no pudo escapar.

La criatura lo sujeto fuerte con su cola hasta ahorcarlo y posteriormente le arranco la lengua. Por eso el nombre popular de el comelenguas. Aunque este tipo relatos de el comelenguas fueron muy comunes, en ocasiones no concordaban con lo sucedido en otras regiones del país, donde las personas aseguraban que los animales muertos no presentaban signos de violencia como sucedía en Nacamome.

 Durante mucho tiempo, los sucesos de animales que aparecían muertos con la lengua arrancada se repitieron en la zona causando incertidumbre y temor entre los pobladores, especialmente entre los hacendados quienes veían día a día como sus reses eran asesinadas por un animal que nadie podia decir exactamente lo que era.

De forma inexplicable los animales aparecían muertos con su lengua “cortada de raíz” y algunas veces con las mandíbulas dislocadas. Este tipo de narraciones se escuchan en muchos pueblos de Honduras, pero se dice que en los años 40, sucedió algo similar en una zona de Brasil llamada Goias. Los animales muertos en ese sector presentaban signos parecidos a los que mostraban los animales muertos en Nacaome, Honduras.

 No se sabe con certeza que tipo de animal o monstruo causo la muerte de cientos de reses de la zona Sur de Honduras, pero el hecho fue relacionado con ovnis, seres extraterrestres y hasta con el famoso Chupacabras. Pero eso son solo especulaciones, pues todavía nadie puede explicar lo que paso. Se presume que el comelenguas es pariente cercano del temido pájaro-león, otro extraño ser que atemorizo a los pobladores de Sabanagrande, Francisco Morazán. La Tradición oral Sureña asegura que el pájaro-león es una especie de ave muy grande con un enorme pico que devoraba y enloquecía a todo ser que por desgracia se cruzaba con él.

La Sucia
La Historia de La Sucia La historia cuenta que La Sucia era una muchacha muy bonita que vivía con sus Padres, a los que siempre ayudaba en los trabajos de la casa, entre ellos lavar la ropa en el río. Cuando la muchacha tenía 15 años, un joven bien trabajador y de buena familia se enamoró de ella y pronto fue a pedir la mano de la muchacha.

Los Padres de ella aceptaron de inmediato pues sabían que era el mejor partido para su hija y se pusieron de acuerdo en la fecha del matrimonio. El día de la boda, estando los novios en el altar el Sacerdote les solicitó que entregaran su fe de bautismo, requisito que ella no pudo cumplir porque no estaba bautizada.Ante el incumplimiento de este requisito, el cura se negó a realizar el matrimonio, esto a pesar de las súplicas de los familiares que solicitaban que en el mismo acto la bautizara y luego la casara. Al no poder casarse con su amado, la joven entro en una profunda depresión que casi la llevó a la locura.

Al verla en ese estado, su novio perdió toda esperanza de casarse con su amada y se olvidó de ella. La muchacha, en su profunda tristeza decidió nunca quitarse su traje de novia, iba y venia a todos lados con él puesto. Un día que estaba en el río lavando la ropa, se enteró que su amado se iba a casar con otra.

 La noticia fue el tiro de gracia para ella, el dolor que sintió fue tan grande que en ese mismo momento se volvió loca, y como si estuviera poseída por algún demonio salió corriendo dando horrendos gritos de dolor, se paró frente al acantilado y saltó al vacío muriendo al instante. Se dice que desde entonces el espíritu de la muchacha vaga errante en busca de su enamorado. Se cree que por esta razón se le aparece en los ríos y riachuelos vestida de blanco especialmente a los hombres tunantes que deambulan borrachos por estos sitios, aunque tambien suele espantar tambien a cualquier persona.

 Para atraer a los hombres, la Sucia se presenta como una mujer hermosa o se transforma en la figura de la novia o enamorada del hombre que por andar borracho corre feliz hacia ella y cuando esta cerca se convierte en un espanto horrible que enloquece al verla.

El Cerro Brujo
El Cerro Brujo, es un peculiar Cerro ubicado entre las colonias El Sitio y la Estados Unidos de la Ciudad Capital, Tegucigalpa que por sus misteriosos acontecimientos a sido llamado Cerro Brujo. Para algunos, es solo un cerro más de los tantos que hay en la Capital y lo que se dice que en él sucede es solo uno de los tantos cuentos “de miedo” que se relatan en Honduras. Hay quienes creen que los relatos son producto de la imaginación de las personas, pero para otros es la confirmación de sus creencias en fantasmas, seres paranormales, almas en pena, monstruos y demonios que atemorizan a las personas, tal es el caso de los pobladores de las cercanías del Cerro.

 La historia de el Cerro Brujo se ha vuelto muy popular y ha tomado cierto grado de credibilidad porque ha sido narrado por los propios habitantes de las cercanías del Cerro, los que aseguran haber experimentado en carne propia los espeluznantes y extraños sucesos del lugar.


La Llorona
" Es una de las historias más famosas del México antiguo, al incluso desconocerse su fecha de origen, ya que se asegura que proviene del Siglo XVI, cuando la ciudadanía estaba obligada a refugiarse en sus hogares durante el toque de queda, instantes en el que aseguraban escuchar el conocido lamento "¡Ay, mis hijos"! 

 También se asegura que la leyenda se habría desprendido, porque la mujer se habría visto obligada a matar a sus hijos a petición de su novio, quien le puso esa condición para que no se apartara de su lado, sin embargo, después se arrepentiría de sus actos, cuando sorprendió a su amante en manos de otra dama. La historia más antigua se refiere a una Diosa Azteca de nombre Chihuacóalt que predecía la conquista de "sus hijos" y lanzaba una plegaria que decía: "Hay mis hijos, como escaparan a tan funesto destino".

Fantasma de la Basílica de Guadalupe 
 Muchos narran que han visto salir a una mujer de la Basílica que carga una vela que no se apaga ni con la lluvia ni con el viento. Se le ha visto atravesar paredes, luego de dejar ofrendas y rezar. Visitantes afirman que es un alma en pena que dejó asuntos pendientes en la tierra.

 También existen relatos en torno a la antigua Basílica de Guadalupe, al asegurarse que por las noches se escuchaban las campanadas, a pesar de que nadie las tocaba, ya que el capellán había fallecido a causa de una enfermedad mal cuidada.

La Planchada
Se trata de una historia común que recorre los pasillos del Centro Médico Nacional y otros nosocomios de la capital del país. Eulalia era una joven zacatecana que ejercía la enfermería con pasión y, después de abandonar su estado natal, decidió viajar a la Ciudad de México a iniciar una nueva vida llena de sueños y aspiraciones, enamorándose perdidamente de un médico que sólo jugó con sus sentimientos y cuyo abandono la llevó al borde de la locura.

 Eulalia cayó en depresión crónica y descuidó a los enfermos a su cargo hasta que muchos de ellos perdieron la vida a causa de su negligencia. Desde entonces, se rumora que durante las noches de guardia, el alma de Eulalia ronda por los pasillos de los principales hospitales de un blanco impoluto, arrepentida por dejar morir a las personas que estuvieron a su cargo.


El Pombero
El Pombero es un ser originario de la mitología guaraní (algunos autores difieren en esto), muy popular en Paraguay, en ciertas partes del sur de Brasil, y en zonas argentinas como Misiones, Corrientes o Entre Ríos. Este ser gusta de acosar y violar mujeres, asesinar a quienes deterioran innecesariamente la naturaleza, y castigan a quienes osan pronunciar su nombre en voz alta o les faltan el respeto imitando su silbido, que según cuentan es escalofriante y de hasta 30 segundos.

El Yasy Yatere
El Yasy Yateré suele ser representado como un enano o un niño pequeño, desnudo, hermoso, de cabellos dorados, con un sombrero de paja y un bastón de oro donde residen sus poderes mágicos. Suele recorrer el monte a la hora de la siesta, atrayendo a los niños con un silbido hipnótico que imita al de un ave. Se dice que aparece sobre todo durante la época del avatiky (cosecha del choclo o maíz tierno) que gusta comer.

 El Yasy Yateré se vale de su silbido o de su bastón mágico para atraer a los niños, a los que rapta. Los lleva al monte donde los retiene un tiempo para jugar con ellos y alimentarlos con miel y frutas. Luego los abandona o los deja enredados en ysypo (lianas). Antes de abandonarlos, el Yasy Yateré los lame o los besa, dejándolos tontos o idiotas (tavy: akã tavy), mudos (ñe' engu) o sordomudos. Sin embargo, éstos se recuperan después de un cierto tiempo. En algunas zonas se cree que al cumplirse un año del rapto, el niño tiene un "ataque" con convulsiones (epilepsia).

El Luison
Luisón es el séptimo y último hijo de Taú y Keraná, sobre él cayó la mayor maldición que pesaba sobre sus progenitores. Su sólo nombre aterroriza. Este ser espeluznante se halla ubicado en la encrucijada de los caminos de la vida y de la muerte. Como puede exornar el ánima en sus andares, es el monstruo más temido y aborrecido de los engendros malditos.

 Otros mitos emparentados traen justicia y venganza, castigos a los que se exceden; protegen la flora y la fauna; otros devoran hombres y mujeres, otros roban niños, silban y merodean. Luisón daña más que todos estos penantes. Hace imposible la vida del más allá. juega con el destino del alma, que se vuelve irredimible una vez que él interviene en el colmo de su obrar maléfico,

 Por eso es tan temido. Se dice que los días viernes ­ y los martes también ­ al comenzar las sombras de la noche a adueñarse de pueblos y comarcas en su avance penumbroso, Luisón pierde sus formas humanas para transformarse en un perro de horrible aspecto, quizá un lobo de dientes afilados y de diabólico intento que busca los cementerios para revolcarse encima de los cadáveres y alimentarse de ellos.

A la media noche, con ojos relampagueantes sale en busca de seres humanos para convertirlos en otros malditos luisones, lo que logra asustándolos y pasando por debajo de las piernas de los hombres que sorprenden en su maléfico paseo nocturno. A veces jaurías de perros lo persiguen y ladran sin acercársele.

Un olor nauseabundo le acompaña, su aspecto hiela la sangre en las venas y enloquece a los hombres que se dejan sorprender. Su andar termina al clarear el nuevo día, retornando sus humanas formas regresa a sus ocupaciones, donde se lo ve sucio, cansado, esquivo, de mirar doliente y melena desgreñada. Las gentes no saben si tenerle lástima o sentir repulsión ante la duda hiriente de que sea o no Luisón. Es similar el caso de los vampiros, al presentirlo todos se santiguan y callan. Es el hombre­lobo temible y de hábito atroz, capaz de hacer perder al hombre su condición humana transformándolo en penante bestia y demonio.

 Devora la carne de los muertos y el alma de los vivos. No conocen los Guaraníes mayor desgracia que ésta, por eso huyen de él. Dice la mitoreferencia que al nacer Luisón brilló en los cielos la conformación de estrellas conocidas como Las Siete Cabrillas en señal de que la maldición que afligía a Taú y Keraná había cesado, Según la Mitología Guaraní [de Rosicrán] este monstruo y sus seis hermanos deambulan sobre la tierra. En diversos países, incluso India, y los de Europa, este supuesto es conocido.

Tunche
El Tunche es uno de los personajes más conocidos y más temidos de la selva. Su sola leyenda inspira terror en cuanto desprevenido habitante decide deambular por la selva profunda, dejándose vulnerable ante este ser. Según cuenta la leyenda, el Tunche no es realmente maligno, pero tampoco benigno. Este demonio de la selva actúa de acuerdo a cómo es la persona que acecha: si es buena, dará un mensaje de buen presagio, pero si es mala, está perdida. Como parte de sus artimañas para confundir a sus presas, el Tunche no posee un aspecto fijo.

Se le ha visto con forma de ave, como un brujo y, en algunos casos, como un ser querido. Todo para atraer y/o alejar a una persona de un grupo. La característica principal del Tunche es su silbido. Se dice que es un agudo y desgarrador sonido que avisa de su llegada a un lugar, pero que también puede deberse a la posible captura de una presa.

Kharisiri 
 El Kharisiri es una persona que ha hecho un pacto con el demonio, por lo cual posee una serie de poderes de magia negra que le permiten dañar a otros sacándoles la grasa y la sangre. “Kharisiri” significa “El chupador de grasa”. Es un ser maligno que data de muchos siglos en el pasado. Su cuerpo supuestamente es mitad humano y mitad bestia (o demonio). Además, puede haber varios Kharisiris.

 Un caso reciente se dio en Puno, en el que una niña murió de una enfermedad que no pudo ser explicada. Según su padre señaló, los doctores le hicieron varios exámenes, pero no encontraron nada. Él estaba seguro de que había sido el Kharisiri.

Jarjacha 
 El Jarjacha o demonio del incesto es una criatura que aparece en la sierra ayacuchana y cuya forma es parte humana y parte de alpaca. Además, viene en distintas presentaciones, ya que puede tener hasta tres cabezas. Según dice la leyenda, cualquier persona que haya cometido incesto puede ser castigado por Dios de esta manera, como una criatura tenebrosa y horrible que lanza un escalofriante alarido al cual se le debe su nombre: “jar, jar, jar”. El Jarjacha hipnotiza a las personas para asesinarlas y luego comerse sus cerebros. Según se dice, ahí es donde se encuentra el alma que pueda salvarlo. Para salvarte tú, debes cargar un espejo, ya que no soporta verse a sí mismo, y soltar una gran cantidad de insultos.

Jacinto
Cuenta la leyenda que había un hombre llamado Jacinto que vivía en la bajura y que se dedicaba a pastorear ganado ajeno. Un día mientras llevaba una vaca a su lugar como de costumbre, la tenia amarrada a su mano. 

La vaca se asusto de repente y comenzó a correr sin control, arrastrando a Jacinto por la soga. Lamentablemente la vaca se lanzo por una abertura natural formada por el mar al que llamaban el pozo de Jobos, arrastrando con ella a Jacinto y ambos perdieron la vida. Al otro día el dueño de la vaca buscaba por aquellos lugares a Jacinto, gritando " Jacinto traeme la vaca" y el pozo lanzaba con furia agua produciendo un estruendoso sonido de indignación. 

Aún muchos visitantes le gritan al pozo cuyo nombre cambio al de El Pozo de Jacinto y todavía brota de el la furia y el enojo por una leyenda que se mantiene en la historia y cultura de el pueblo de Isabela.

El chupacabras 
es una de las leyendas urbanas internacionales más populares de la actualidad. Su origen se sitúa en 1992, en la isla de Puerto Rico Con el ataque de animales de varias especies en la localidad rural de Moca. Su zona de incidencia abarca desde América del Sur, hasta Estados Unidos, con focos más intensos en México y Puerto Rico.

 Dentro de las actuales leyendas urbanas, ocupa un lugar destacado el Chupacabras, criatura mítica que ataca a animales de diferentes especies en las zonas rurales.Esta creencia comenzó en 1992 en Puerto Rico, y se extiende por América Central, América del Sur, y en algunas zonas del sur de Estados Unidos.

EL JACHO
 Cuenta la leyenda que un hombre pescador en las montañas del centro de Puerto Rico acostumbraba todos los días a ir a pescar al río. Llevaba consigo los materiales de pesca, un jacho para alumbrarse en el camino de regreso y una cruz de madera. Un día permaneció hasta altas horas de la noche intentando capturar algo pero no pescó nada. 

Entonces, comenzó a llover y el pescador decidió regresar a su casa. A mitad de camino la lluvia apagó su jacho y él no podía ver cómo llegar a su casa. Entonces, cogió y encendió la cruz de madera que tenía para alumbrarse de camino a su hogar. Al par de días enfermó y murió. Dice la gente que en los montes se puede ver la luz del jacho vagando entre los árboles, porque según cuentan, anda en busca de la ceniza de la cruz.


La sirena del Río Uruguay
 En los atardeceres de las riberas del río Uruguay habita un extraño ser (o varios de ellos), que sólo ha sido visto fugazmente por pescadores y desprevenidos tripulantes de embarcaciones que navegan por esas aguas: nos referimos a la conocida pero jamás apresada sirena del río Uruguay.

Sus avistamientos datan ya de las lejanas épocas del siglo XIX. Contrariamente a las sirenas de la mitología clásica, aquéllas que casi causan la perdición de Ulises, bellas y de encantadora voz, la sirena del río Uruguay es una criatura de escaso atractivo, descripta variopintamente como un anfibio gigantesco, mayor al tamaño de un hombre, o un inmenso ajolote, con rasgos humanoides como los ojos y cabello de color verde parduzco. Posee garras en extremidades que utiliza para impulsarse en el agua con las que quizás hurgue en el lecho marino en busca de alimento. No se trata, seguramente, de un ser famoso por su belleza exterior.

 La sirena del río Uruguay no ha causado hasta el día de hoy ninguna víctima, y no hay pescador que no afirme que sigue a los navíos desde distancia segura, pero que cuando éstos se detienen para observarla mejor, gira y velozmente desaparece entre las aguas. Jamás nadie la ha tocado, pero en ocasiones los pescadores han percibido un extraño aroma a animal marino. No tiene un nombre oficial (como sí lo tiene Nessie, el mal llamado monstruo del lago Ness); los lugareños de la desembocadura del río Uruguay lo conocen simplemente como la sirena.

Se la ha observado, en general, aguas abajo. Se ignora si esta extraña criatura es la última de su especie o si (lo que parece más probable) se trata de diferentes individuos que viven existencias solitarias y que poseen su refugio en algún recodo oculto y profundo del río.


La desesperada madre fantasma 
 Los conductores de camiones que realizan el trayecto entre Salto, Uruguay, y Río Grande do Sul, en Brasil, por la ruta 3, están acostumbrados a una extraña aparición que tiene lugar por las noches y que involucra una escena de espanto: una mujer, visiblemente herida y sangrando les ruega con gritos y con ademanes que se detengan.

Los conductores lo hacen; es entonces que la mujer les indica el sitio de un cercano accidente y les informa que su pequeño hijo está atrapado entre los hierros. El conductor corre en auxilio del pequeño. Ve el automóvil estrellado y se lanza a rescatar al niño. Después de mucho bregar y forcejear, logra extraerlo del interior del automóvil y se vuelve para anunciar el éxito a la mujer. Para su desmayo, ya no hay nadie allí.

No sólo eso: el automóvil y el niño, lentamente, se desvanecen. ¿Qué ha sucedido? Una leyenda afirma que décadas atrás una mujer sufrió un accidente en esa ruta, y que durante horas pidió auxilio sin que ningún conductor se detuviera a socorrerla.

Su hijo, que había quedado atrapado dentro del automóvil, murió. La mujer falleció poco después presa de la desesperación, pero su fantasma y el del niño regresan al lugar del accidente buscando testear la sensibilidad de los conductores.

Quienes se detienen pueden seguir adelante con sus vidas, pero una superstición sostiene que quienes hacen caso omiso de los ruegos de la desesperada madre ven sus propias vidas truncadas en un accidente automovilístico al poco tiempo, quizás en la fatal ruta número 3. Por esa razón, y a pesar de saber que se trata de una aparición, no hay conductor experimentado que transite por esa ruta que no se detenga a ayudar a la espectral mujer, ya que negarse a hacerlo puede desatar las más funestas consecuencias.

En Salto 
 Entre las calles Zorrilla y 19 de abril, detrás del Museo del Hombre, hay una plazoleta que esconde una locomotora antigua y varios juegos para los niños. Por la noche, sin embargo, los viejísimos árboles del lugar y los ingenios mecánicos para niños -olvidados en las penumbras nocturnas-, forman sombras grotescas y lúgubres. Cuando en las noches de invierno las calles quedan completamente desiertas, una muchacha joven, vestida de blanco, aparece en la plazoleta.

En ocasiones, la figura espectral tiene una horca al cuello y su sola presencia da un susto de muerte al transeúnte despistado. Recorre esas calles desde principios del siglo XX como resultado de un amor imposible, fuente inagotable de nuevos fantasmas. Enamorada de un obrero pobre de AFE, su familia de alta alcurnia impidió que se casara con quien consideraba su verdadero amor.

Una fría madrugada de invierno, ensombrecida por el pesar, se dirigió a la plazoleta y se ahorcó de la rama de un árbol. Su silueta puede verse aún hoy en día, cuando el frío la obliga a recorrer la plaza con la cuerda al cuello.

Venezuela
La Sayona
Esta es la leyenda que cuenta la aparición de una mujer elegante y alta que castiga a los hombres infieles. Es originaria de la región venezolana de los llanos. Cada vez que aparece aquella mujer, con batola (saya) blanca y largos cabellos negros, las luces fallan.

 En medio de las sombras se muestra como una hermosa dama que cautiva a los hombres para luego mostrarles sus filosos dientes. En vida, esta mujer tuvo un ataque de celos y mató a su esposo. Ahora, seduce a los hombres infieles con su aparente belleza para luego asesinarlos. Si se compadece de ellos, puede que sólo les dé el susto de sus vidas.

El Silbon
El Silbón es un personaje legendario de Venezuela y Colombia, especialmente de Los Llanos; descrito como un alma en pena. La leyenda del Silbón habría surgido a mediados del siglo XIX. En las tierras de Guanarito se oyen los aterradores silbidos que espantan hasta al más recio. Cuando se escucha cerca, está lejos, y viceversa. El silbón es la aparición más temida del llano venezolano, un hombre alto y flaco de unos seis metros que fue condenado por su propia madre, luego de haber asesinado a su padre y comido sus vísceras.

 Este hombre sobrenatural carga en su espalda un saco de huesos, y advierte su llegada con el sonido del choque de la osamenta en el costal. Si nadie puede escucharlo, cobrará una víctima al día siguiente.

La Loca Luz Caraballo 
La loca Luz Caraballo es un personaje de la cultura popular venezolana de la región de los andes, especialmente del Estado Mérida e inmortalizada en la literatura por el escritor y poeta Andrés Eloy Blanco. Muchos habrán oído la historia de la loca Luz Caraballo en voces de niños andinos, la proeza está en entender lo que sus veloces lenguas pronuncian.

Cuentan de una mujer enloquecida por perder a sus cinco hijos. Se dice que dos de ellos partieron a la guerra junto a Simón Bolívar, los que, según la leyenda, “se fueron detrás de un hombre a caballo”. Desde entonces, esta mujer enloquecida permanece penando por todo el páramo, de Chachopo a Apartaderos, buscando a los hijos que perdió.


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