El ente de las tormentas...

(Fin de semana de terror)


Unas manos enormes e invisibles, querían llevarse mi carpa, arrancarla del suelo y elevarla hacia la tempestad que se revolvia furiosa alla arriba. Eso parecia, pero era solamente el viento. Un viento que habia arrastrado una tormenta hasta alli. Me hallaba en un monte ribereño.

 El rio donde pensaba quedarme pescando por un par de dias estaba muy gris y el viento lo llenaba de ondas. Mientras aseguraba las estacas de la carpa, levante varias veces la vista hasta las copas de los arboles, preocupado. La fronda se revolvia hacia todos lados como una enorme masa viviente. Me resultaba raro que el viento soplara tan fuerte en aquel claro, porque había calculado que era un lugar protegido. Mas arriba las nubes se convulsionaban, pasaban raudas y se arremolinaban. Temi que de un momento a otro un tornado o algun fenomeno asi tocara donde yo estaba. A la tarde todania le quedaba bastante pero el mal tiempo habia oscurecido tempranamente el dia.

Y no sabia si refugiarme en la carpa y confiar en mi suerte, o abandonar el campamento e internarme en la espesura del monte, donde seguramente ningun viento podria arrastrarme. Me estaba atrayendo mas esa segunda opcion; cuando escuche el retumbar de un galope, y un jinete aparecio en el sendero. Era Sosa, el dueño del campo que había mas alla del monte. Era conocido traía de tiro a otro caballo. Al ver lo horrible que era aquella tormenta, se preocupo y fue hasta alli para invitarme que me quedara en su casa. Acepte con gusto.

La tormenta era muy fuerte. Deje la carpa en el aguar, solo lleve mi bolso. No sabíamos cuanto tiempo mas iba a demorar en caer el aguacero con viento que se preparaba con furia alla arriba. La distancia que hicimos a caballo no era mucha, pero el apuro por llegar a resguardo hizo que pareciera mas. Ni bien entramos en la casa empezó a llover con mucha fuerza y sonaron espantosamente varios rayos.

Era una familia muy agradable. La señora de Sosa fue muy atenta, y sus cuatro niños, todos varones, eran muy bien educados y bastantes sosegados. Sentados todos en la sala, se intento charlar pero era muy dificil por la tormenta. Cuando alguien iba  a decir algo, casi siempre explotaba algun rayo o se escuchaba algo que parecia el desmoronamiento de una montaña, entonces solo quedaba sonreir. Durante la cena fue lo mismo, luces entrando por las ventanas y aquellos ruidos que hacian temblar todo. Despues hubo una partida de  cartas que fue muy divertida. Yo me las arreglaría en cualquier lugar pero me dieron un cuarto que tenian disponible.

Apenas me acoste me di cuenta que el sueño iba a ser esquivo, que no iba  a poder dormir facilmente en aquellas condiciones- COn cada relampago observaba brevemente una parte novedosa de la habitacion. Cuando los relámpagos abrian la oscuridad, parecia haber pequeños cambios en la disposición de los objectos que se encontraban alli, efecto de las luces y las sombras. Tambien se movían en vaivén algunas cosas que cruzaban frente a la ventana, sombras de algún árbol y de algo que colgaba de no se que. Me acomode bien y cerre los ojos para no distraerme mas con ese espectáculo algo grotesco que la tormenta quería mostrarme.. El tiempo parecía pasar lentamente, después se dilataba mas, y finalmente ya no tuve mucha consciencia de el.

De repente, quede escuchando con mucha atención, por que, no lo supe por un momento. Crei que habia llamado mi atención un pequeño cambio que se habia producido en el ambiente: la tormenta aunque se sentia muy presente, habia dejado de sonar y ningún relampago se filtraba por la ventana. Pero no era eso. Me enderece un poco en la cama apoyándome en los codos. Unos relámpagos volvieron a entrar al cuarto, y vi que alguien pequeño y de pasos rápidos, salia de un rincón y se metía bajo la cama. No entiendo como no grite, tal vez el mismo susto me ahogo el grito. casi se me corto el aliento, o el latir mas exactamente. Inspire seguidamente casi como alguien que se sale a la superficie y al aire despues de casi ahogarse.

¿Que habia sido eso?. Ya consideraba saltar lo mas lejos que pudiera de la cama, cuando recordé a los niños de la casa. Quise sonreír, aunque solo debo haber hecho una mueca rara. "Es solo uno de los niños", pense, tratando de convencerme a mi mismo. Era bastante logico creer que la figura que se habia escabullido bajo la cama, era uno de los niños de hogar; pero hasta el menor tenia mas estatura.

Dude al intentar bajarme de la cama, porque pense que si una mano se estiraba y me agarraba la pierne, ahi si iba a gritar y con fuerza, por eso puse el pie lo mas lejos que pude. Fui hasta donde estaba el interruptor sin dejar de mirar el lecho. Encendí la luz y me agache. Que espanto no habia nada!

Me acerque, mire mejor después mi mirada recorrió ansiosamente la habitación. Estaba solo, o por lo menos, no veía a nadie mas. Enseguida el pensamiento racional fue en mi ayuda. Aquella vision tenia que ser parte de un sueño, y me había engañado el escenario de este, aquel mismo cuarto, y que por eso al despertarme crei que era realidad. Si, eso debía ser, quise convencerme. Pero mi convencimiento no era tanto como para volver a la cama. Me acomode en una silla que habia en el cuarto, me envolvi en una frazada y espere así el amanecer.

Esa noche fue terriblemente larga. La tormenta huyo con la claridad del nuevo dia, y mis temores de esa noche me parecieron infantiles. Entonces me permii pensar algo que había tratado de no recordar esa noche. Un historia de terror o cuento sobre un ente, una especie de duende o trasgo segun algunos, el hijo no nato de una bruja quemada en la hoguera, segun otros, que a veces aparece durante las tormentas, siempre con oscuras intenciones. La claridad del dia me hizo pensar en eso con una sonrisa.

Quise marcharme cuanto antes para no importunar mas, pero los de la casa insistieron para que me quedara a desayunar. Estaba tomando cafe cuando escuche algo que por poco no me hizo escupirlo. Uno de los niños, el mas pequeño (que era bastante mas alto que la silueta que vi de noche lo confirme), le conto a su familia y a mi, que un niño pequeño había visitado la casa por al noche, y que lo había invitado a salir a jugar en la lluvia.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

entradas relacionadas