El telescopio espacial TESS, la segunda nave de la NASA destinada en exclusiva a la búsqueda de planetas extrasolares tras el exitoso Kepler (2009), partió la noche del miércoles desde Cabo Cañaveral (Florida, EEUU) con la previsión de que sea capaz de analizar alrededor de 20.000 cuerpos durante sus dos años de actividad. Su antecesor descubrió 2.300.
El cohete encargado de ponerlo en órbita, un Falcon 9 de la empresa SpaceX, propiedad del millonario Elon Musk, despegó sin problemas a las 18.51 hora local (23.51 UTC). El lanzamiento debía de haberse efectuado en la noche del lunes, pero fue aplazado por problemas técnicos de última hora.
Una vez puesta en órbita y con la ayuda de la asistencia gravitatoria de la Luna, la nave espacial se establecerá en una órbita de 13,7 días alrededor de la Tierra. Sesenta días después del lanzamiento, y tras llevar a cabo las pruebas de sus instrumentos, el satélite comenzará su misión inicial.
TESS, que buscará exoplanetas orbitando estrellas situadas a menos de 300 años luz de la Tierra, se basará en los datos ya recopilados por el Kepler. La misión la operan el Centro Goddard de la NASA y el MIT (Massachusetts Institute of Technology). Como el brillo de las lejanas estrellas impide la observación directa de los planetas que giran a su alrededor, los científicos deben acudir a la detección por métodos indirectos.
TESS utilizará el mismo sistema del tránsito que empleaba Kepler: para inferir la presencia de planetas, se analiza con gran precisión la luz estelar buscando pequeñas perturbaciones que presuntamente puedan estar causadas por el paso de objetos por delante del disco estelar. Este método aporta información capital sobre el tamaño y la órbita del planeta.
TESS, siglas en inglés de Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito, pesa 365 kilos y tiene el tamaño de una lavadora. No lleva a bordo un gran telescopio como Kepler, sino cuatro pequeñas cámaras con un espejo de 10 centímetros de diámetro cada una. Esta diferencia le permitirá escudriñar simultáneamente un territorio estelar 20 veces mayor que el de su antecesor.
Entre las 200.000 estrellas preseleccionadas, muchas son enanas rojas, que con los conocimientos actuales se cuentan entre las más proclives a tener planetas rocosos orbitando a su alrededor. TESS observará las estrellas en conjuntos de 15.000 cada dos minutos.
"Ahora vamos a poder estudiar planetas individuales y comenzar a hablar sobre las diferencias entre ellos. Este es el comienzo de una nueva era fantástica de investigación de exoplanetas", apunta Stephen Rinehart, científico del Centro Goddard.
El siguiente paso será el supertelescopio Webb, que se lanzará en el 2020."Nos emociona que el TESS haya emprendido su camino para descubrir mundos que por ahora solo podemos imaginar, mundos que podrían ser habitables o que podrían albergar vida", añade el administrador adjunto de la Misión de Ciencia de la NASA, Thomas Zurbuchen
En este video se puede ver como fue el lanzamiento inicial de TESS al espacio
. Las expectativas de la NASA pasan por ampliar en unas 20.000 el catálogo de planetas más allá del Sistema Solar, y que quizá unos 500 puedan puedan ser similares a la Tierra o encajar en la categoría de 'supertierras', con un tamaño superior no más de dos veces el de nuestro planeta. Si se encuentran a la distancia adecuada de su estrella, este tipo de planetas rocosos son los mejores candidatos a albergar alguna forma de vida.
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