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Dijeron entonces que ese planeta pudo albergar formas de vida hace 2.000 millones de años, cuando posiblemente contó con un océano líquido y poco profundo y, por tanto, con una superficie adecuada para la vida. Hoy en día, sin embargo, las temperaturas exceden allí los 450 grados centígrados y la presión atmosférica es 92 veces mayor que la terrestre.Aun así, un grupo internacional liderado por el astrofísico Sanjay Limaye, de la Universidad de Wisconsin (EE.UU.), ha sugerido que los microorganismos que habitaban sobre la superficie en aquel entonces pudieron subir a las nubes cuando empeoraron las condiciones.
Los investigadores creen que los microbios podrían haber subido al evaporarse el agua de la superficie de Venus, y como ejemplo de esa posibilidad esgrimen el descubrimiento de bacterias en la atmósfera terrestre, a una altitud de 41 kilómetros.
"En la Tierra sabemos que la vida puede reproducirse en ambientes ácidos, alimentarse con dióxido de carbono y producir ácido sulfúrico", señaló el bioquímico Rakesh Mogul, coautor del estudio, reza el comunicado de la Universidad de Wisconsin.
Se subraya allí que la atmósfera de Venus, nublada, altamente reflectante y ácida, está compuesta principalmente de dióxido de carbono y pequeñas gotas de agua que contienen ácido sulfúrico.
Alturas habitables
Los científicos consideran como posibles zonas de existencia de microorganismos las manchas oscuras en las nubes de Venus. Las observaciones espectroscópicas, particularmente en ultravioleta, revelan que esas manchas están compuestas de ácido sulfúrico concentrado y otras partículas desconocidas, que absorben la luz.
Esas manchas guardan consistencia por unos días y luego cambian de forma. En el estudio se mencionan investigaciones anteriores que apoyan la hipótesis de la existencia de condiciones apropiadas para la vida a una altitud de unos 50 km sobre la superficie de Venus, donde las temperaturas fluctúan entre 0 y 60 grados centígrados y la presión es de entre 0,4 y 2 atmósferas.
Para confirmar o desmentir las suposiciones de este nuevo estudio, habrá que tomar muestras de las atmósfera de Venus, algo que pudiera hacerse realidad mediante la Plataforma Maniobrable para la Atmósfera de Venus (VAMP, por sus siglas en inglés), que previsiblemente formaría parte de un proyecto conjunto entre la NASA y la misión rusa Venera-D, fechado para la segunda mitad de la próxima década.
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