Los Montículos Mima de Washington todavía no se sabe qué son

Fotografia de los Monticulos de Mina en Washington

32 kilómetros al sur de Olympia, en Washington, existe un misterioso y curioso paisaje: el suelo está lleno de pequeños montículos cubiertos de hierba y que se extiende a lo largo de varios cientos de acres. Son conocidos como los montículos Mima y aun después de años de investigación, a día de hoy, aun nadie sabe quien o que los ha causado. En varias ocasiones, diferentes grupos de investigadores han creído resolver el enigma de esta extraña formación de tierra pero todas esas hipótesis lanzadas han resultado equivocadas.

Algunas de la Hipótesis para los montículos Mima

Foto aérea de los Montículos Mima

Este "misterio" se lo dio por resuelto cerca del 2013 cuando expertos explicaron que el/los responsables de estos montículos eran nada mas y nada menos que pequeñas ardillas de tierra.
Si bien puede parecer hasta razonable esta explicacion, resulta dificil de creer que una pequeña criatura como una ardilla logre hacer semejante montículo no 1 ni 2, si no cientos de ellos.

Seguramente estos montículos tengan una explicación muy razonable incluso natural, pero de momento hay que decir que no hay ninguna convincente mas alla de lo que se dice con el tema de las ardillas como responsables de estas estructuras.
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1. Impacto de la naturaleza
Donde ahora se encuentra Washington, hace aproximadamente 2 millones de años, había enormes capas de hielo que cubrían la tierra por completo. Según el Departamento de Recursos Naturales (DNR), el suelo de estos montículos mima se formó después de que estos glaciares de la Edad de Hielo comenzaran a deshacerse, alrededor de 16.500 años atrás. A medida que el hielo se iba derritiendo, reunía capas masivas de lava y roca. Fue esta acumulación de hielo derretido y piedra deshecha lo que se extendió sobre el oeste de Washington formando ese inusual suelo negro y gravoso que, finalmente, daría lugar a los montículos. Esta teoría de algunos científicos da respuesta a la formación del suelo pero, en cambio, no quedaría muy clara la explicación de los montículos ya que en esa parte de la investigación, existen muchas lagunas.

2. Influencia de los nativos americanos
El Capitán Charles Wilkes, un intrépido explorador del noroeste del país, se topó con estas extrañas elevaciones del terreno en 1841. Debido al tamaño de estos montículos, 2 metros de alto y 9 metros de ancho, lanzó la hipótesis de que podían contener restos humanos de alguna tribu local, una especie de tumbas sobre el suelo. Para poder comprobar su teoría, Wilkes tubo que cavar en algunos de los montículos pero no encontró ningún rastro de huesos humanos. En su lugar solo encontró piedras y más tierra.

3. Creencias populares
Como en casi cualquier misterio, las creencias populares toman un gran papel y en este caso no podía ser de otra manera.Existe en la zona una leyenda popular contada por la tribu Chehalis: Thrush, que era un miembro de esa tribu, un día decidió dejar de bañarse por miedo a que algo terrible ocurriera en la Tierra. Evidentemente, el resto de miembros de la tribu le increpaban y después de mucha presión, ella acabó cediendo y consintió lavarse la cara. Según este cuento fantástico, ese día llovió con tanta intensidad que la Tierra se inundó por completo. Al terminar las lluvias, la tierra de las praderas adoptó la forma de las olas, que dieron lugar a esos montículos mima.

4. Ardillas de tierra
En 1942, Walter Dalquest, profesor de la Universidad de Washington y Victor Scheffer, biólogo, lanzaron su hipótesis al “Journal of Geology” acusando a las ardillas de tierra de la formación de los montículos mima. Esta es una de las ideas que ha cogido mayor fuerza y ha conseguido mayor numero de seguidores aunque nadie ha podido demostrar hasta la fecha, de manera concluyente, que las ardillas de tierra estés detrás de los montículos mima.

5. Más hipótesis sobre la formación de los montículos mima
Otra hipótesis sobre el origen de estos extraños montículos es que su formación se debió a ondas de choque de terremotos, inundaciones o el deshielo de los propios glaciares. Se apunta también a que quizá son producto de la tierra congelada al romperse durante la Edad de Hielo. Eso podría haber hecho que el hielo se agrietara y dejara que el suelo se amontonara cuando éste se derritiera.

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