Existe la posibilidad que en los comienzos del Sistema Solar, hubiésemos tenido mas o menos planetas que en la actualidad, aunque por el momento resulta algo imposible de saber.
Aun hay muchas cosas que no comprendemos y una de ellas es la formación de los planetas, cuya veces desafían toda lógica como por ejemplo encontrar exoplanetas gaseosos muy cerca de sus estrellas, lo cual hace preguntarnos ¿como diablos ocurrió?. Pero que gracias a estos nuevos estudios, estamos mas cerca de responder dicha pregunta.
Desde luego, el Universo no es un lugar tranquilo. Y un equipo de astrónomos de la Universidad Stony Brook, en Nueva York, lo acaba de dejar claro, una vez más, con dos estudios recién publicados en el servidor arXiv ( arxiv.orgy arxiv.org 2).
El nuevo análisis llevado a cabo por los investigadores ha revelado, en efecto, que a menudo las estrellas se "roban" planetas unas a otras, y que eso también habría podido suceder en nuestro propio Sistema Solar. Casi todo lo que sabemos sobre la formación de planetas lo hemos aprendido observando las estrellas de nuestro vecindario, pero nuestras teorías no consiguen explicar algunas de las cosas que hemos visto en otros sistemas planetarios, como por ejemplo enormes planetas similares a Júpiter órbitando muy cerca de estrellas pequeñas y con poca masa. Algo que no debería ser así.
Perna y su equipo utilizaron simulaciones informáticas para investigar lo que sucede cuando dos estrellas vecinas se acercan demasiado entre sí. Y hallaron que en el interior de los cúmulos estelares, esos acercamientos a menudo causan auténticos estragos en los sistemas planetarios, destruyendo, expulsando e incluso robando planetas, que pasarían de una estrella a la otra como consecuencia de las interacciones gravitatorias. Ese tipo de acontecimientos, según los cálculos, tendría lugar aproximadamente una vez cada mil millones de años en cada sistema planetario.
Puede no parecer mucho, pero si tenemos en cuenta el gran número de estrellas que hay en cada cúmulo, el resultado es que ese tipo de episodios se repiten con frecuencia. Para los investigadores, eso podría explicar algunos de los extraños exoplanetas descubiertos hasta ahora, como los ya citados gigantes gaseosos, que podrían nacer alrededor de estrellas similares al Sol y ser robados después por otras estrellas más pequeñas durante uno de esos encuentros.
Lo bueno es que podríamos encontrar esos planetas robados buscando entre los que presentan órbitas muy inclinadas, que no coincidan con el plano orbital del resto de mundos de la estrella anfitriona. Lo mismo también podría haber sucedido en nuestra propia casa. El Sistema Solar, en efecto, pasó millones de años formándose en medio de un denso grupo de por lo menos otras 2.000 estrellas.
Lo que significa que el Sol podría haber tenido, en origen, algún planeta adicional. Uno que le fue arrancado poco después de haberse formado. "Es absolutamente posible añade Perna que en algún momento el Sistema Solar tuviera más o menos planetas, pero eso es algo que, simplemente, no hay forma de saber". Aunque también es probable lo contrario, que también nuestro Sol haya estado robando planetas a estrellas vecinas. Incluso podría haber «intercambiado» mundos con otra estrella. Mundos que aún esperan a ser descubiertos, en los confines del Sistema Solar
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