Científicos planean un proyecto para proteger a la tierra contra un posible impacto de asteroide

Desde que tuvimos noción de que ahí afuera existen asteroides y cometas potencialmente peligrosos para destruir la vida de nuestro planeta, se ha intentado por todos los medios de crear un posible proyecto para protegernos de un posible impacto, que van desde lanzamientos nucleares a el uso de láser para desviar su trayectoria.

Existen muchos asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra, sumado a los que todavía no pudimos descubrir pero que sabemos que están ahí afuera. Hasta la fecha no tenemos ningún plan en concreto para intentar evitar que esto ocurra. Por dicha razon es una lucha contra el tiempo, para intentar elaborar un plan efectivo antes de que sea demasiado tarde


Existen muchos asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra, sumado a los que todavía no pudimos descubrir pero que sabemos que están ahí afuera. Hasta la fecha no tenemos ningún plan en concreto para intentar evitar que esto ocurra. Por dicha razon es una lucha contra el tiempo, para intentar elaborar un plan efectivo antes de que sea demasiado tarde


Ingenieros del MIT, han ideado un árbol de decisiones para elegir qué tipo de misión sería más exitosa en el caso de tener que desviar un asteroide. Porque, de hecho, la raza humana ya tiene algunos planes en mente en el caso de que un cuerpo espacial se dirija de forma inexorable hacia nosotros, pero habría que tener en cuenta muchas variables para aplicar el plan correcto.

Para poder probar su mapa de decisiones, lo aplicaron a ejemplos reales: al propio Apophis y a Bennu, otro asteroide cercano a la Tierra que es el objetivo de la misión OSIRIS-REx, que planea rescatar una muestra del material de la superficie de la roca en 2023. Así, sobre la «amenaza» de estos asteroides, los investigadores usaron su mapa de decisiones para establecer qué tipo de misión tendría mayor éxito de desviar al asteroide.


El ojo de la cerradura gravitacional
"Normalmente se consideran estrategias de desviación de última hora, cuando el asteroide ya ha pasado por el ojo de la cerradura gravitacional y se dirige hacia una colisión con la Tierra", explica Sung Wook Paek, ingeniero del MIT y quien firma el estudio que acaba de publicarse en Acta Astronautica. "Un ojo de la cerradura es algo así como una puerta: una vez que está abierta, el asteroide impactará con una alta probabilidad sobre la Tierra poco después (...)"


Desviando un asesino de planetas
 En 2007, la NASA concluyó en un informe presentado al Congreso de los EE. UU. que en el caso de que un asteroide se dirigiera hacia la Tierra, la forma más efectiva de desviarlo sería lanzar una bomba nuclear al espacio.

Otro método sobre el que actualmente trabaja la comunidad científica es el de enviar una nave que impacte contra el asteroide y con este choque desvíe su trayectoria. Está previsto que el próximo año la NASA lance la misión DART, cuyo objetivo es desviar uno de los asteroides del sistema binario Dydimos. La sonda chocará en 2023 contra la luna de este asteroide y dos años después la misión de la Agencia Espacial Europea llamada HERA sobrevolará el terreno para comprobar que, efectivamente, la misión ha sido un éxito.


Utilizando Apophis y Bennu en las simulaciones


Posible trayectoria donde impactaria Apophis en la Tierra
 Por ejemplo, si Apophis atraviesa el ojo de cerradura en cinco años o más, entonces hay tiempo suficiente para enviar dos sondas exploradoras: una para medir las dimensiones del asteroide y otra para empujarlo ligeramente a modo de prueba, antes de enviar un impactador principal en un segundo lanzamiento.

Pero si, por el contrario, el paso por el ojo de la cerradura ocurre dentro de entre dos y cinco años, solo hay tiempo para lanzar un explorador y ajustar los parámetros de un proyectil más grande antes de enviar la sonda de impacto. Si Apophis pasa por su ojo de cerradura dentro de un año terrestre o menos, Paek dice que puede ser demasiado tarde.

El asteroide cercano a la Tierra Apophis, que se muestra en amarillo, pasará por la Tierra en 2029 dentro de la distancia que algunos satélites (mostrados en azul) orbitan alrededor de la Tierra. La línea púrpura representa la órbita de la Estación Espacial Internacional.(Crédito de la imagen: NASA / JPL-Caltech)


Bennu es un caso similar, aunque los científicos saben un poco más sobre su composición material, con lo que es posible que no haga falta mandar una sonda exploratoria antes del colisionador. Con la nueva herramienta de simulación del equipo, Peak planea estimar el éxito de otras misiones de defensa planetaria en el futuro. «En lugar de cambiar el tamaño de un proyectil, podemos cambiar el número de lanzamientos y enviar varias naves espaciales más pequeñas para colisionar con un asteroide, una por una. O podríamos lanzar proyectiles desde la Luna o usar satélites en desuso como impactadores cinéticos», propone Paek.

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