La trajeron las olas, se quedó en la arena y, desde entonces, comenzó el misterio.
¿Es un extraño tipo de ballena? ¿Un delfín? ¿O acaso una marsopa? Nadie logra explicar con certeza de qué especie se trata.Solo se saben los datos que han arrojado los exámenes de campo: Tiene un esqueleto de 1,52 metros. Presenta una cabeza larga y una gran línea de mandíbula. Su forma se asemeja a la de un cetáceo o un reptil.
"Cuando lo miras la primera vez, puedes pensar que es un cocodrilo, pero ciertamente no lo es", explica Dan Forman, experto en biociencia de la Universidad de Swansea. ¿Cómo la descubrieron? Beth Janetta, de 41 años, caminaba por la playa con su perro cuando descubrió en la arena el cadáver de la criatura. El guardabosques de la Fundación Nacional para Lugares de Interés Histórico o Belleza Natural, Mark Hipkin, quien fue llamado para recoger los restos, afirmó que pensaba que era una marsopa.
"Tenemos marsopas llegando regularmente, así como delfines y focas. A veces, hasta ovejas", añadió.Pero el especialista Forman no está de acuerdo con ese criterio.
"La línea de la mandíbula sugiere que es como una ballena, algún tipo de cetáceo o un delfín". Pero se desconoce a ciencia cierta de qué se trata.
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